(Mayo 2023)
Vibeka Darby es la dueña de Kilima House, una encantadora granja reconvertida en hotel en plena reserva de Masai Mara. Lo malo es que hace tiempo que las cuentas no cuadran y, por si fuera poco, desde hace unos meses recibe unas cartas amenazadoras de un odioso abogado que están empezando a quitarle el sueño.
El safari en el que MJ se ha embarcado para conocer mejor sus raíces kenianas termina antes de empezar y es trasladado de urgencia a Kilima House. Pese a estar medio enloquecido de dolor, cuando sus ojos chocan por primera vez con los increíbles ojos violeta de su dueña lo asalta una extraña sensación de déjà vu.
En opinión de Beka, MJ es el hombre más insoportable que ha conocido jamás; un abogado sin escrúpulos, sin modales y sin nada que lo recomiende salvo su innegable atractivo masculino.
A su vez, algo en esa mujer, tan bella como excéntrica, cuyas mascotas son monos, jirafas y suricatas, despierta en MJ sus peores instintos y, cuando descubre la relación de uno de los miembros de la familia Darby con ciertos amargos acontecimientos ocurridos en su infancia, decide darle una lección.
Un electrizante y apasionado romance en uno de los rincones más salvajes de Africa.
MI OPINIÓN
Romántica sin ser ñoña, es una maravilla perderse por los atardeceres de Kenia o disfrutar de la majestuosa sabana y de la reserva Masai Mara con unas descripciones tan maravillosas, porque el libro más allá de la trama romántica amor-odio que se va cociendo a fuego lento, es una oda a la naturaleza africana, como un homenaje a "Memorias de África", tratado todo con sumo respeto y admiración. Después de una lectura previa muy intensa me ha resultado un verdadero oasis, un remanso de paz y relajación. La recreación de un entorno salvaje, con unos animales que también son personajes de la historia, hace que revivir el pasado de los protagonistas sea mucho más ligero y ameno. Mientras estás leyendo se disparan las ganas de viajar allí, de hacer un safari o, mejor aún, pasar unos días en Kilima House y eso no es fácil, conseguir que el lector desee visitar los enclaves que se describen, disfrutar del cielo con los amaneceres y atardeceres que relata es algo que valoro, porque muchos autores se limitan a describir sin más pero la autora ha conseguido sumergirme en esa atmósfera lejos del bullicio, en ese remanso de paz.
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