421 páginas
(Noviembre 2023)
Para Hunter, la música es mucho más que un conjunto de notas dando forma a una melodía. Las canciones que compone son un refugio. Acordes que hablan de sueños y miedos. De ganas y carencias. Compases que iluminan las sombras del frío y solitario mundo en el que ha crecido. Musas que han transformado su pasado en un presente brillante. Sin embargo, esa inspiración enmudece cuando encuentra una carta manuscrita en su buzón, que lo obliga a cuestionarse todo lo que sabe sobre sí mismo. La vida de Willow se ha convertido en una caja de momentos desordenados y sueños frustrados. Siente que ha perdido su lugar en el mundo y ya no recuerda a esa persona que siempre quiso ser. Mientras la nieve cae silenciosa, Hunter y Willow descubrirán que el destino no siempre tiene la última palabra y que los momentos, buenos o malos, nos van convirtiendo en todo lo que somos. Que a veces basta con escuchar al corazón para encontrarse a uno mismo. Y que hay amores de invierno, capaces de sobrevivir al deshielo y convertirse en canciones eternas.
MI OPINIÓN
No había leído nada de esta autora y me ha resultado relajante. La novela cuenta la historia de tres personas que han vivido bajo el yugo de una familia asfixiante, una relación tóxica familiar de la que es difícil escapar. En el caso de la madre de Hunter, la biológica, sufrió un acoso desmedido debido al fanatismo religioso, eso marcó su vida y además la de su hijo. Cuando Hunter descubre que la que ha ejercido con el nombre de madre no lo es biológicamente, añade un lastre más a los que ha ido acumulando desde su infancia, intentar ser perfecto para alguien que sistemáticamente te menosprecia crea una gran trauma en una persona que se está formando, crea inseguridades y ahora le añade dudas, cree que será incapaz de amar porque realmente nunca recibió amor de su madre legal y siente que ahora tampoco su madre biológica le amó lo suficiente para no abandonarle. Por su parte Willow también sufre por la forma en que sus padres y hermana la tratan pero además vive subyugada bajo el dominio de un compañero de vida que quiere transformarla y ella se va diluyendo. Desde fuera es fácil de ver, pero las cosas que van sucediendo poco a poco no se perciben igual, es como lo de la rana y el agua caliente. Sólo un detalle que haga rebosar el vaso hace que podamos tener la suerte de distanciarnos y valorarnos. La historia la van contando los dos protagonistas y la tercera historia la conocemos a través de unos diarios que al final nos resuelven todas las incógnitas. Una bonita novela con un bonito final.
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