(Febrero 2019)
La detective Erika Foster recibe un aviso de que la clave para resolver un importante caso de narcóticos está escondida en una cantera abandonada en las afueras de Londres, por lo que ordena que sea registrada. Allí, entre el lodo espeso, encuentran un alijo de droga, pero también lo que parece ser el esqueleto de un niño pequeño. Los restos se identifican como los de Jessica Collins, de siete años, la chica desaparecida que copó los titulares hace veintiséis años. Mientras Erika trata de juntar las nuevas pruebas con las antiguas, también indaga más sobre el pasado de la familia Collins y se pone en contacto con la principal detective del caso en aquella época, Amanda Baker, una mujer atormentada por el fracaso de no haber encontrado a Jessica Collins en su momento. Pero alguien guarda terribles secretos. Alguien que no quiere que este caso sea resuelto y que hará todo lo que esté en sus manos para evitar que Erika descubra la verdad.
MI OPINIÓN
Una novela negra escrita con maestría, ya que desde la página uno te sumerge en la acción y te incita a continuar leyendo, con descripciones ágiles y muy visuales. Remarcando el hecho de lo difícil que ha sido ser mujer en la policía y mucho más ascender, los obstáculos a superar para que se reconozcan los méritos siempre en desventaja respecto a los hombres. La inspectora Erika Foster nos vuelve a sumergir en una interesante investigación policial que parece un caso imposible de resolver desde hace 26 años, lleno de suspense y de sentimientos encontrados por su parte tras haber perdido a su marido en una redada año y medio atrás. Lo malo de estos libros es no tener tiempo de leer, porque son de los que cuando los coges no puedes parar hasta conocer el desenlace. Un final que me ha gustado y sorprendido, y no es algo fácil sorprenderme, pero el giro final me ha parecido muy bien estructurado cerrando todos los posibles flecos, por eso no dudaré en leer el siguiente de la serie que escriba este autor, me gusta la fluidez de su narrativa, sus descripciones muy visuales pero sin abusar, el control genial de los tiempos y un desenlace sorprendente pero que se va resolviendo a lo largo de un capítulo, dando todas las claves sin parecer precipitado. Lo recomiendo sin dudar a quien le guste leer novela negra.
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Una novela negra escrita con maestría, ya que desde la página uno te sumerge en la acción y te incita a continuar leyendo, con descripciones ágiles y muy visuales. Remarcando el hecho de lo difícil que ha sido ser mujer en la policía y mucho más ascender, los obstáculos a superar para que se reconozcan los méritos siempre en desventaja respecto a los hombres. La inspectora Erika Foster nos vuelve a sumergir en una interesante investigación policial que parece un caso imposible de resolver desde hace 26 años, lleno de suspense y de sentimientos encontrados por su parte tras haber perdido a su marido en una redada año y medio atrás. Lo malo de estos libros es no tener tiempo de leer, porque son de los que cuando los coges no puedes parar hasta conocer el desenlace. Un final que me ha gustado y sorprendido, y no es algo fácil sorprenderme, pero el giro final me ha parecido muy bien estructurado cerrando todos los posibles flecos, por eso no dudaré en leer el siguiente de la serie que escriba este autor, me gusta la fluidez de su narrativa, sus descripciones muy visuales pero sin abusar, el control genial de los tiempos y un desenlace sorprendente pero que se va resolviendo a lo largo de un capítulo, dando todas las claves sin parecer precipitado. Lo recomiendo sin dudar a quien le guste leer novela negra.
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"Si tuviese que irme mañana
no sería un adiós,
pues te he dejado mi corazón,
no tienes por qué llorar.
El amor que guardo dentro de mí,
te alcanzará desde las estrellas,
lo sentirás descender del cielo,
y sanará todas las heridas."
