272 páginas
(Mayo 2004)
Cuando era pequeño me lo hubiera comido, ahora que es grande me arrepiento de no haberlo hecho. La frase cita el contenido y la tesis de esta divertidísima obra que en ningún momento aspira a ser un libro de autoayuda más, sino una descripción en clave paródica e irónica de esa metamorfosis tan temida por los sufridos y perplejos progenitores: la adolescencia. La periodista Ely del Valle, popular por sus colaboraciones en radio y televisión ( Buenos días, Quédate conmigo ) desgrana con gran sentido del humor el cúmulo de situaciones cotidianas que protagonizan el adolescente y su madre, fenómeno paranormales en los que mamá ya no puede reconocer a aquel bebé adorable y obediente, convertido ahora en un ser extraño y respondón de catorce años.
MI OPINIÓN
Hacía mucho que no leía en papel, se me hace raro aunque tiene un encanto que nunca alcanzará un lector digital. Quizá por la incomodidad de sujetar las páginas me ha durado más de lo normal y he ido intercalando su lectura con novelas que es lo que suelo leer. Pero engancha ese toque de humor que cualquiera con hijos adolescentes entiende y comparte, que nos hace convertirnos en nuestras madres y decir esos topicazos que al final son la vida misma y es que intentar entrar en su habitación es como entrar en zona de guerra por ejemplo. Lo lees, lo compartes y te saca una sonrisa. No es un libro de autoayuda, sino que refleja las vivencias de una familia con un adolescente en casa, a tope de hormonas y con cambios constantes de humor y gustos. Y todo ello con unos capítulos cortos y bien definidos, llenos de mucho, mucho humor sobre una etapa compleja que no negativa, llena de ternura y simpatía. Muy recomendable para padres con hijos adolescentes o que pronto lo serán.
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