360 páginas
(Octubre 2018)
Recién reincorporada a la Brigada tras la cirugía de reasignación de sexo, Sofía Luna se ve obligada a investigar un misterioso caso. ¿Quién es este asesino que escoge a sus víctimas, todas japonesas, en el centro turístico de Madrid? Todo parece apuntar hacia el peculiar mundo de los viajes turísticos organizados y el más peculiar aún de personas asexuales, un grupo que rechaza la hipersexualidad de la vida moderna y tiene como animal favorito la estrella de mar.
Luna y su equipo, al que se suma una traductora de japonés que busca algo más que colaborar, tendrán que trabajar bajo una fuerte presión mediática, sobre todo cuando desaparece la hija del embajador de Japón. A este caso, que parece irresoluble, se suma otro que golpea a la inspectora en lo más íntimo: su padre, con el que no se habla desde hace años, ha matado a un hombre, supuestamente en legítima defensa. Y la investigación empieza a revelar detalles insospechados.
MI OPINIÓN
en la línea de El final del hombre seguimos vislumbrando a una insegura Sofía Luna que ahora ya operada sigue buscando su sitio. Como en el libro anterior la trama no ahonda sólo en lo puramente policial sino que sigue profundizando en los sentimientos de los detectives compañeros de Sofía. Se van mezclando además dos investigaciones, la de las japonesas asesinadas y la del padre de la propia sofía y que surge por sorpresa. Y aunque es una novela negra en esencia, también sirve para sacar a relucir todos los problemas que rodean a los distintos tipos de sexualidad existentes, algunos bastante desconocidos como la asexualidad, y otros como la transexualidad de Sofía que no son admitidos con normalidad aún. Los personajes que ya estaban muy bien definidos en la novela anterior siguen evolucionando, el ritmo es constante y recorrer las calles conocidas de Madrid me ha resultado un plus por lo que puedo decir que la lectura me ha resultado ágil y entretenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario